Un encargo azul

Allá por el mes de junio una prima me encargó una colcha.

No tenía muy claro si quería un pie de cama, o una colcha completa. El caso es que quería algo de patchwork para su cama.
Finalmente decidió que una colcha completa sería perfecta, y las únicas directrices que me dió, fueron: que sea en tonos azules, que tenga aplicaciones, no, no, que tenga botones de esos bonitos, no, no que tenga,...que tenga... que tenga todo lo que tu veas que puede quedar bien.

Total, que después de unos meses de trabajo, unas cuantas jornadas de sauna acolchera (lo que se suda acolchando en agosto, oye) y algún que otro quebradero de cabeza  con el tamaño de los bloques, alguna de las telas y las dichosas esquinas del bies,.... después de todo eso,  mis brazos parecen los de un camionero (no la he llegado a  pesar, pero creo que pesa como 150 kilos), y la colcha ha quedado así:


¿Qué guarda la gallina portera?

Mi gallina portera está dando muy buen resultado.

Parece que ha pasado el mes de prueba: ni el tocado ni las gafas se le han movido, las bolitas que están al final de las agujas siguen en su sitio, y parece ser que sí que tiene autoridad con mi gato: se acerca, la olisquea, muerde las agujas de punto, pero rápidamente el alter-ego de la gallina portera (osea, yo), cacarea un poco llamando la atención a la vez que pide auxilio, y el pobre gatito sale despavorido porque se cree que su dueña tiene un ataque de personalidad múltiple jajaja.

En fin, que  el objeto de este post es eseñarte qué es lo que guarda la gallina portera, y es mi cuarto de costura:

Bolso japones

Hace como un año Martina propuso su famoso SAL del bolso japonés.
Me enteré tarde, pero me envió el patrón sin problema y me hice mi propia versión (que según estoy viendo, aún no he publicado...ejem...).

En fin, mi compañera Marta quería un bolso igual, así que le hice este:


Bolsa para ganchillo

Este mes de agosto no he tenido clase, y la verdad es que se echa mucho de menos.
Sigo teniendo miles de cosas por terminar, pero es cierto también que con el calor, no apetece andar sacando bártulos, telas, guata.... pufff!!!

Así que aprovechando que no había clase y que es muy agradable tomar el fresco en la terraza, le hice unas cuantas visitas a mi abuela para que me enseñara a hacer ganchillo.
He de decir que a la primera frustra un poco y que más que dedos, parecía que tenía pinzas de la ropa, porque madre mía!!!.
En fin, que finalmente le he cogido el truco, y de momento no me sale perfecto, pero para ir haciendo pequeñas cosas y animarme, sirve.

Durante un par de días fuí de acá para allá con una bolsa de plástico de lo más cutre. Pero me encontré con este tutorial, y me dije: "esto no puede ser, ahora mismo me fabrico una cesta para el ganchillo". Y aquí está:


Gallina portera

En estos días de agosto he estado organizando y cambiándole la cara a mi habitación de la costura. Ha quedado genial: parece mucho más grande que antes, de modo que he ganado en luz y en espacio.

Para vigilar quién entra, quién sale, y qué vienen a hacer, he contratado a una gallina portera.